El pasado jueves 24 de Octubre nos adentramos
en la República Democrática del Congo, uno de los países más grandes de este
continente, con unas dimensiones de cuatro veces y media España. Y casi con
toda seguridad, también, uno de los más ricos en recursos naturales.
Nos adentramos de la mano de Jean-Baptiste, un sacerdote católico congoleño, que estos días se encuentra en nuestro país, y que muy amablemente aceptó la invitación de nuestras profesoras para acercarse un día a nuestro instituto.
Jean-Baptiste nos contó, en un perfecto
castellano, la verdadera realidad de su país. Nos mostró y nos ayudó a entender,
de esa forma en que solamente pueden hacerlo aquellas personas que lo han
vivido de primera mano, cómo se había llegado hasta la situación en que se encuentra su país en este momento, qué
intereses de países extranjeros mueven los hilos, y qué información es la que
nos llega mediatizada por los medios de comunicación.


A medida que nos hacía partícipes de
curiosidades, anécdotas, vivencias de su país, incluso de su propia vida,
Jean-Baptiste nos iba contagiando su positivismo, su alegría y su esperanza en
la juventud de su amado país. Fuimos capaces de descubrir la lejana realidad, y
sobre todo, fuimos capaces de compartir el corazón de un congoleño.
Gracias Jean-Baptiste!!
Y a vosotros, queridos lectores del blog,
pronto más novedades.
HASTA LUEGO LUCAS!!
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